el poema que n o digo, el que no merezco. Miedo de ser dos camino del espejo: alguien en mí dormido me come y me bebe. Árbol de Diana Alejandra Pizarnik Dividida, desde aquella fotografía sólo es posible la división y ella. Él no se imagina lo que produjo en mí su imagen. Prometeo robó el fuego y rompió las cadenas en su cintura. Mi moral me prohibía seguir, mi curiosidad empujaba vehemente. Sólo ella lo sabe, sólo ella pudo sentirlo en mis manos, mis manos que ahora son parte de su cuerpo, mis manos que son los únicos testigos. Palabras de él: arte, fotografía, pornografía, curiosidad, ansia, deseos, angustia, el otro, hotel, francés, ella, hermosa, desnuda, sólo yo. La moral, la moral de la negación que va apretando la tuerca, la moral que ahorca y deja sin aire. No vamos a hacer nada malo, sólo posaremos para él. Clandestino, oculto y sin explicaciones. Nunca tuve esas inclinaciones, nunca mis ojos se fueron de lo normal, nunca existió la curiosidad; nunca lo pensé, nunca lo