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Mostrando entradas de febrero 13, 2011

Destruir el Diván -Entrevista a Michel Onfray- acompañado de réplica

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Artículos Destruir el diván Una entrevista sobre psicoanálisis freudiano con Michel Onfray Renée Kantor Le crépuscule d’une idole , el nuevo libro de Michel Onfray, está arrasando en ventas en Francia. Esta vez el blanco de sus ataques no es la divinidad sino el psicoanálisis freudiano. Criticado con extrema dureza, el filósofo francés paga con la misma moneda . ¿Y si Sigmund Freud fuera un falsificador, tirano, falócrata, megalómano, mal hijo, ávido de dinero, admirador de Mussolini, homofóbico y misógino? Esto es lo que da a entender el filósofo francés Michel Onfray en un libro que acaba de publicarse en Francia y que en solo un mes lleva vendidos más de cien mil ejemplares. Se trata de Le crépuscule d’une idole, seiscientas páginas que han despertado la ira de la élite psicoanalítica francesa que lo acusa, como lo hace la historiadora Élisabeth Roudinesco, de haber hecho del psicoanálisis una “ciencia nazi y fascista”. Onfray responde a esta delicadeza refiriéndose a la célebre pr

La Integración Secreta. Por Thomas Pynchon

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En el exterior caía la primera lluvia de octubre, señalan­do el final de la estación del heno y la brillantez del otoño, la pureza de la luz y cierta estabilidad del tiempo que pocas semanas atrás había dado lugar a la invasión de neoyorqui­nos a través de los Berkshires, para ver cómo cambiaban los árboles bajo el sol de la región. Aquel día, en cambio, era sábado y llovía, una mala combinación. Por el momen­to Tim Santora estaba dentro, esperando que dieran las diez y preguntándose cómo se las arreglaría para salir sin que se lo impidiera su madre. Grover quería verle aquella mañana a las diez, por lo que tenía necesariamente que salir. Estaba acurrucado en una vieja lavadora que yacía sobre un costa­do en un cuarto trasero de la casa; escuchaba el sonido de la lluvia que bajaba por una tubería de desagüe y se miraba una verruga en un dedo. La verruga llevaba dos semanas instalada allí y no tenía trazas de marcharse. Días antes su madre le había llevado al consultorio del doctor Slot