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Mostrando entradas de marzo 29, 2009

VAMPIRESAS

CARMILLA.(Fragmento) Por Sheridan Le Fanu

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Prólogo El texto que aquí publicamos, escrito por el novelista irlandés Joseph Thomas Sheridan Le Fanu en el año de 1871, fue publicado por entregas, en la revista The Dark Blue en sus ediciones de diciembre de 1871 y enero, febrero y marzo de 1872. Tema que ha servido de guión en varias películas, Carmilla conjuga todas las características propias del género de las novelas de vampiros. En primerísimo lugar, el enorme contenido erótico que por lo general siempre se encuentra presente en el tema del vampirismo, es por completo resaltado en el escrito. En este caso, el autor aborda el erotismo lésbico a través de su personaje central y de su anfitriona, la muchacha que es fascinada por el atractivo de Carmilla. Esta novela constituye, sin lugar a dudas, un auténtico clásico de la literatura sobre vampiros, que se lee con soltura por su ligereza. Esperamos que quienes lean esta novela, la disfruten tanto como disfrutamos nosotros en su captura y diseño. Un Temprano Espanto Vivíamos en Est

NO DESPERTEIS A LOS MUERTOS

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NO DESPERTEIS A LOS MUERTOS. Por Johann Ludwig Tieck

–¿Acaso quieres dormir para siempre? ¿No vas a despertar más, amada mía, sino a descansar eternamente de tu breve peregrinación por la tierra? ¿O volverás otra vez, y traerás contigo el alba vivificadora de la esperanza a este desventurado cuya existencia, desde que te fuiste, han oscurecido las sombras más tenebrosas? ¡Cómo! ¿Sigues callada? ¿Callada para siempre? ¿Llora tu amigo y no le escuchas? ¿Derrama amargas, abrasadoras lágrimas, y no haces caso de su aflicción? ¿Está desesperado, y no abres los brazos y das refugio a su dolor? Entonces di, ¿prefieres el pálido sudario al velo de novia? ¿Es la sepultura un lecho más cálido que el tálamo del amor? ¿Acogen tus brazos mejor al espectro de la muerte que a tu esposo enamorado? ¡Ah!, vuelve, amada; vuelve otra vez a este pecho ansioso y desconsolado. Tales eran los lamentos que Walter exhalaba por Brunhilda, compañera de su amor apasionado y juvenil; así lloraba sobre su tumba en la hora de la medianoche, cuando el espíritu que pre