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Madre Félix, pedagoga de la contemplación

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  Por Valmore Muñoz Arteaga Profesor del Colegio Mater Salvatoris Maracaibo - Venezuela Escribió Ramón del Valle-Inclán que “Dios es la eterna quietud, y la belleza suprema está en Dios”. Muy probablemente una idea semejante haya impulsado al pensamiento escolástico a inclinar preferentemente al estudio de la belleza inherente a toda criatura, es decir, la belleza trascendental. El universo es bello. Está compuesto de partes distintas, de luces y sombras; pero así como la belleza de un poema puede captarse considerando todos sus versos, de la misma manera, todo en este mundo es bello para quien sabe contemplarlo desde el punto de vista de donde se abarca el todo. Así, en estos términos, lo comprendió San Buenaventura. Todos los seres, cada uno de ellos, cada uno de nosotros, tenemos belleza, porque la belleza es un trascendental: donde hay ser hay belleza. Somos imagen y semejanza de Dios. La Madre Félix, fundadora de la Compañía del Salvador y de los colegios Mater Salvatoris, parece

Poetas y poemas de la Sociedad de los Poetas Muertos

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  Robert Lee Frost , (San Francisco, 1874- Boston, 1963) fue un  poeta estadounidense, considerado uno de los fundadores de la poesía moderna americana. Sencillo en sus versos, directo, sentimental y profundo, así fue Frost y su obra. También proclamó el individualismo. Su poema «El camino no elegido» es el que se puede escuchar en la película, unos versos que recalcan la independencia que el ser humano debe de tener a la hora de tomar el camino de su vida, sus decisiones, y que se hizo muy popular en su país. El profesor les dice a los alumnos que tienen que mantener las convicciones ante los demás, aunque otros digan que son raras ya que la conformidad es un peligro. Los últimos versos del poema, muy inspirador, dicen lo siguiente: «Dos caminos divergían en un bosque /  y yo elegí el menos  transitado /  y aquello es /  lo  que cambió todo.» Henry David Thoreau , (Concord, Massachusetts 1817-1862), fue un escritor y filósofo estadounidense de tendencia trascendental en sus escrit

Tres poemas de Vicente Aleixandre

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  A ti viva                                        Es tocar el cielo, poner el dedo                                     sobre un cuerpo humano .                                                                                    Novalis   Cuando contemplo tu cuerpo extendido como un río que nunca acaba de pasar, como un claro espejo donde cantan las aves, donde es un gozo sentir el día cómo amanece.   cuando miro a tus ojos, profunda muerte o vida                                                    que me llama, canción de un fondo que sólo sospecho; cuando veo tu forma, tu frente serena, piedra luciente en que mis besos destellan, como esas rocas que reflejan un sol que nunca se hunde.   Cuando acerco mis labios a esa música incierta, a ese rumor de los siempre juvenil, del ardor de la tierra que canta entre lo verde, cuerpo que húmedo siempre resbalaría como un amor feliz que escapa y vuelve...   Siento el mundo rodar bajo mis pies, rodar

La Sociedad de la Nieve: Pacto de amor y vida

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 Por J. M. Sadurní Cincuenta y un años después de la tragedia aérea ocurrida en los Andes, cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya chocó contra el pico de una montaña mientras sobrevolaba la cordillera en dirección a Santiago de Chile, el director español Juan Antonio Bayona lleva de nuevo esta increíble historia de supervivencia a la gran pantalla con su última superproducción, La sociedad de la nieve, una adaptación del libro del escritor y periodista uruguayo Pablo Vierci, que llega a Netflix este 4 de enero de 2024. El libro y el film cuentan la dramática historia de los supervivientes de aquella tragedia, un grupo de personas que, contra todo pronóstico, logró superar una situación que a priori resultaba fatídica. Tuvieron que hacer frente a la falta de comida, soportar temperaturas extremas y, en última instancia, escuchar con horror cómo las autoridades los daban por muertos. Pero, aun así, lograron lo que parecía imposible: sobrevivir. Y es que aquel 13 de octubre de 19

El diablo no duerme

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 Ramón "Moncho" Sabella Si hay una constante en los setenta y dos días en los Andes, y una constante que se mantuvo cuando regresamos a la civilización, es esa frase de nuestras abuelas de que «el diablo no duerme». Y como nunca duerme, hay que estar alerta. Hablo del año 72 y del presente. Yo era el que menos probabilidades tenía de sobrevivir. Era el más delgado de todos, muy bajo, con veintiún años. Tenía pocos amigos en el grupo porque venía del colegio Sagrado Corazón y no del Stella Maris- Christian Brothers, sufría bronquitis crónica y padecía mal de altura. Pero como a tantos les sucedió, fui conociendo gradualmente el poder que la mente ejerce sobre el cuerpo. Todos los rugbiers pesaban más de ochenta kilos, puro músculo, mientras que yo pesaba menos de sesenta. ¿Por qué me salvé? Primero porque nunca, salvo el día del alud, dudé de que saldría con vida. Luego porque regulé adecuadamente el gasto y la reserva de energía, y en tercer lugar porque aprendí desde el