Para quienes no lo conozcan, Israel Centeno es uno de nuestros artistas más inquietos. Si no lo creen, busquen su prontuario y vean que sus contemporáneos le debemos (con D mayúscula) el que sea fundador y editor del sello Memorias de Altagracia, una pequeña editorial que se ha dedicado a publicar las nuevas voces (malagradecidas o no) de nuestra literatura. Observen además que Israel ha sido, y es, guía de otros escritores más jóvenes a través de los talleres que da aquí y allá, donde lo dejan y él quiere. Fíjense también que Israel es un autor bien prolífico que ha escrito obras poderosas que no tienen nada que ver con esa literatura al uso en este país de locos en el que para ser un escritor exitoso, hay que ser cubano, colombiano, español, argentino, chileno... Todo menos venezolano. Cada artista tiene su propio proyecto, y, en el caso de Israel, su proyecto es de una riqueza asombrosa. Su obra reúne cuentos eróticos, novelas que hablan de la vida en el barrio, cuentos de terror, n