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Mostrando entradas de agosto 9, 2009

Marcelo Birmajer. Autor de Eso No

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(Buenos Aires, 29 de noviembre de 1966) es un escritor, periodista y guionista cinematográfico argentino. Se inició en el periodismo, escribiendo en el periódico Nueva Presencia, y fue corresponsal en Argentina de la revista israelí Aurora. A los 20 años de edad comenzó a desempeñarse como guionista de la Revista Fierro . Ha escrito novelas las novelas Un crimen más alto (1992), Un crimen secundario (1992), El alma al diablo (1994), Fábulas salvajes (1996), No tan distinto (2000) y Tres mosqueteros (2001) y los libros de cuentos El fuego más alto (1997), Ser humano y otras desgracias (1997), Historias de hombres casados (1999), Nuevas historias de hombres casados (2001), Últimas historias de hombres casados (2001). Algunos de estos títulos se han traducido al inglés, alemán, holandés, italiano, portugués y hebreo. Ha sido galardonado con el Premio Konex 2004 como uno de los cinco mejores escritores de la década 1994-2004 en el campo de la literatura juvenil. Es coautor del guión cine

Eso No. Por Marcelo Birmajer

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6 de agosto de 2002, por la mañana Hoy, finalmente, vino Miguel a quejarse. Desde el primer momento supe que algo así ocurriría. Pero nunc a imaginé que sería por semejante motivo. Cuando me propuso que intercambiáramos esposas, me sorprendió, sí, pero opté por mostrarme temperado. Y sin embargo, incluso antes de aceptar, supe que esto terminaría mal para él. No es que Rita me gustara especialmente; tiene todavía los pechos en guardia, yo diría que más apuestos que los de Fernanda, pero también más pequeños, y pezones menos marcados, y, no obstante, altivos, mientras que los de Fernanda tienden a postrarse, sin perder nunca la sensualidad de esos pezones de fresa. En definitiva, puesto a elegir entre Rita o Fernanda, me quedaría siempre con Fernanda. Además, la voz de Fernanda entre chupada y chupada, pidiendo un dedo en el culo o invitándome a acabar, es inigualable. La de Rita no es más que una voz femenina entre tantas. Pero yo quería cogerme a Rita. No tanto por ella misma como por

Chuck Palahniuk. Autor de Fantasmas

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(n. Pasco, Washington, Estados Unidos, 21 de febrero de 1962) es un novelista satírico estadounidense y periodista independiente residente en Portland (Oregón). Es famoso por su galardonada novela El club de lucha. Durante su juventud, mientras estudiaba Periodismo en la Universidad de Portland (de donde se graduó en 1986), Palahniuk comenzó a sumar experiencia a través de prácticas que realizó para la cadena radial KLCC de la National Public Radio y de notas escritas para el periódico de Oregón. Por esos años, además, el joven se ganó la vida como mecánico de la compañía de camiones Freightliner, escribió manuales sobre reparación de camiones, colaboró como voluntario en un albergue para personas sin hogar y se desempeñó también como acompañante de enfermos terminales. “Monstruos invisibles”, “Superviviente”, “Asfixia”, “Nana”, “Diario: una novela”, “Error humano” y “Rant. La vida de un asesino” son otros de los títulos que forman parte de la producción literaria de este estadouniden

Tripas. Por Chuck Palahniuk

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Inhala. Coge tanto aire como puedas. Esta historia deber ía durar aproximadamente lo que puedas aguantar tu respiración, y entonces solo un poco mas. Así que escucha tan rápido como puedas. Un amigo mío, cuando tenía trece años oyó hablar de “hacerse estacas”. Es cuando un tío se mete un consolador por el culo. Se estimula la glándula de la próstata lo suficiente, y dicen que puedes tener orgasmos explosivos sin usar las manos. Con aquella edad, este amigo era un pequeño maniaco sexual. Siempre estaba investigando una nueva manera de soltar la carga. Salió a comprar una zanahoria y un poco de aceite de lubricar. Para hacer una pequeña exploración privada. Entonces se imagino lo que iba a parecer en la cola del cajero del supermercado, con la solitaria zanahoria y el aceite de lubricar rodando por la cinta transportadora de la caja registradora hacia el cajero. Todos los compradores esperando en la cola, mirando. Todo el mundo viendo la gran tarde que tenia planeada. Así que mi amigo co

Enrique Vila-Matas. Autor de Bartleby y Compañía

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Nació en Barcelona en el número 108 de la calle Roger de Llúria, frente al desaparecido cine Metropol. Estudió derecho y periodismo y en 1968 entró como redactor en la revista de cineFotogramas. En 1970 dirigió dos cortometrajes, Todos los jóvenes tristes y Fin de verano. En 1971 , realizó el servicio militar en Melilla, donde en la trastienda de un colmado militar escribió su primer libro, Mujer en el espejo contemplando el paisaje. A su regreso a Barcelona, trabajó como crítico de cine de las revistas Bocaccio y Destino. Vivió en Parísaños, desde 1974 , en una buhardilla que le alquiló la escritora Marguerite Duras ; allí escribió su segunda novela, La asesina ilustrada. Su tercer y cuarto libros, Al sur de los párpados y Nunca voy al cine, aparecieron en 1980 y 1982 , pero sólo empezará a ser conocido en 1985 con su libro Historia abreviada de la literatura portátil. Publica a continuación Una casa para siempre, Suicidios ejemplares, Hijos sin hijos, libros de relatos. Recuerdos

Bartleby y Compañía. Por Enrique Vila-Matas

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Nunca tuve suerte con las mujeres, soporto con resignación una penosa joroba, todos mis familiares más c ercanos han muerto, soy un pobre solitario que trabaja en una oficina pavorosa. Por lo demás, soy feliz. Hoy más que nunca porque empiezo —8 de julio de 1999— este diario que va a ser al mismo tiempo un cuaderno de notas a pie de página que comentarán un texto invisible y que espero que demuestren mi solvencia como rastreador de bartlebys. Hace veinticinco años, cuando era muy joven, publiqué una novelita sobre la imposibilidad del amor. Desde entonces, a causa de un trauma que ya explicaré, no había vuelto a escribir, pues renuncié radicalmente a hacerlo, me volví un bartleby, y de ahí mi interés desde hace tiempo por ellos. Todos conocemos a los bartlebys, son esos seres en los que habita una profunda negación del mundo. Toman su nombre del escribiente Bartleby, ese oficinista de un relato de Herman Melville que jamás ha sido visto leyendo, ni siquiera un periódico; que, durante p