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Mostrando entradas de septiembre 12, 2010

Pasavento no miente, Elizondo estuvo en Mérida. Por Norbeto José Olivar

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Para Laurencio Silva Cuando Enrique Vila-Matas me recibió en el lobby del hotel La Pedregosa, tuve la sensación de estar frente a mi personaje de El príncipe negro , y no frente al escritor, Enrique Vila-Matas, que había conocido a través de correos electrónicos, y de sus libros, si es que se puede conocer a alguien de esa manera, supongo que sí. Me saludó con discreción, geometría, elegancia y calma. No tuve dudas de que estábamos en su Café Kubista, se lo dije en broma, y él me dijo, infinitamente serio, que nadie regresa al cuento impune. No había dudas, Vila-Matas era otro Vila-Matas, ni mejor ni peor, sencillamente otro, que ahora gestionaba la obra del primero y que se disponía a una nueva y distinta exploración del abismo. No sólo había resucitado tras un muy grave colapso físico, el escritor también se levantaba de entre las llamas, que casi lo consumen, en lo que podría llamarse la primera etapa de su obra, digamos, todo lo anterior a Exploradores del abismo . Nos sentamo