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La historia inconclusa

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 Por  Adolfo Strauch El 29 de octubre, a eso de las seis de la tarde, ya hacía rato que habíamos entrado al fuselaje. Era una tarde bastante gris, el sol se había ocultado y estábamos en ese dormitar intermitente en la penumbra, cuando escuché un estruendo ensordecedor, seguido de una estampida que derriba la pared de bolsos, maletas, una puerta rota y la mampara, que usábamos para sellar la abertura, y de inmediato vuelve hacia atrás como si fuera una ola cuando llega a la orilla y retrocede, dejándonos completamente aprisionados bajo la nieve. Yo quedo duro, como enyesado. Pensé que era el único que estaba vivo, sepultado bajo la nieve. Por primera vez desde el accidente me entrego, se me afloja todo el cuerpo, me orino encima y me convenzo de que ha llegado el final. Pero cuando comienzo a morirme, me surge una fuerza interior desconocida que me indica que esto no es el fin, acompañada de una sucesión de imágenes entrecortadas de mi familia, donde se destaca el rostro seren...

SEMBLANZA DE HUMANO. Fragmento de "Elogio de la Madrastra". Por Mario Vargas Llosa.

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Perdí la oreja izquierda de un mordisco, peleando con otro humano, creo. Pero, por la delgada ranura que quedó, oigo clara­mente los ruidos del mundo. También veo las cosas, aunque al sesgo y con dificultad. Pues, aunque al primer golpe de vista no lo parezca, esa protuberancia azulina, a la iz­quierda de mi boca, es un ojo. Que esté allí, funcionando, capturando las formas y los colores, es un prodigio de la ciencia médica, un testimonio del progreso extraordinario que caracteriza al tiempo en que vivimos. Yo debía de estar condenado a perpetua oscuridad, desde el gran incendio –no re­cuerdo si provocado por un bombardeo o un atentado– en el que todos los sobrevi­vientes quedaron privados de la vista y el pelo, a causa de los óxidos. Tuve la suerte de perder sólo un ojo; el otro fue salvado por los oftalmólogos luego de dieciséis in­tervenciones. Carece de párpados y lagrimea con frecuencia, pero me permite distraerme viendo la televisión, y, sobre todo, detectar rá...