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Mostrando entradas de septiembre 4, 2011

Desde Amos Oz hasta mi abuela: Apuntes para una teoría de los desvíos literarios. Por Liliana Lara

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Desvío 1 Lo que más me gusta de una novela son sus desvíos. Me recuerdan a mi abuela cuando quería dar lecciones de moral o de vida a través de algún cuento largísimo y divertido que al final nadie recordaba de dónde había venido ni por qué. Si un novio de alguna de las primas iba a llevar a casa a una amiga, la abuela desempolvaba el cuento de Laila. Laila era una especie de femme fatale que acababa de llegar del Líbano y se había mudado en un apartamentico de la populosa Av. Urdaneta caraqueña de los 60, en un edificio cundido de extranjeros: libaneses, judíos, italianos y mis abuelos que eran de la provincia, otra forma de ser extranjeros. Laila no paraba de llorar y de rezongar en su idioma y otra libanesa con un español un poquito más avanzado -atravesado por mucho francés- la consolaba y la traducía a las demás señoras ¿Qué era lo que hacía llorar de esa forma desgarradora a la pobre Laila desde que llegó del Líbano? – se preguntaban las demás señoras entre curiosas y conmovidas