Entradas

Mostrando entradas de enero 28, 2024

La cuenta regresiva

Imagen
 Por José Luis "Coche" Inciarte Yo había fijado que me moriría en la Nochebuena del 24 de diciembre. Setenta y tres días después de haber caído en la montaña. Quedaba poco tiempo. Y así como había escrito en una libretita todo lo que iba a hacer si sobrevivía, cuando me di cuenta de que la expedición final estaba por fracasar, porque tenían comida para diez días, que vencían el 22, me dije: les doy dos días más de plazo y me muero el 24. Adivinando mi intención, Adolfo Strauch, que en esa época me cuidaba como una madre, porque yo había dejado de luchar y me la pasaba tumbado en el fuselaje, dijo que no iba a permitirlo, ¡pero era tan fácil engañarlo y dejarse morir! El hecho de haberme puesto un plazo me daba, al mismo tiempo, una cierta serenidad. En esos días en el avión no se hablaba, las mentes se evadían y aquella alegría de todas las mañanas de experimentar que continuaba respirando languidecía hora a hora. Uno se miraba en los demás y el otro funcionaba como un espe

Abandonados

Imagen
 Por Roberto Canessa No sé si hubo algún científico loco y maldito que dijo: en lugar de poner cobayos, pongamos seres humanos en el hielo. Que sean jóvenes para que resistan más y no se mueran con las enfermedades que traen consigo. Quitémosles el oxígeno del aire para que se tambaleen y alucinen. La mayoría serán universitarios, para ver si se las pueden ingeniar, para ver cómo se organizan, cómo operan en equipo, cómo planifican y resuelven creativamente los problemas. Pongamos deportistas, y veamos si son capaces de resistir setenta y dos días, mientras tres y luego dos de ellos intentan caminar diez días sorteando el abismo, trepando la montaña hasta llegar a los valles. Vamos a descubrir en este laboratorio siniestro cómo se forma la sociedad de la nieve. Para ver hasta dónde resisten, cuánto pueden soportar. Si resistieron hasta aquí, ateridos de frío, al borde del pánico, pues agreguemos otra trampa, más cruel todavía, más humillante si se puede, para que desciendan al fondo mi

El Valor de la Democracia

Imagen
 Valmore Muñoz Arteaga A Ángel Lombardi Durante la homilía del funeral del padre Rafael Palacios, Monseñor Oscar Romero lanzaba una pregunta cargada con la herida de la impotencia: “¿Dónde está el honor de nuestra democracia si han de morir así las gentes como perros, y se quedarán sin investigar las muertes como la del padre Rafael?”. Una pregunta cargada de amargura, pero sin abandonar la esperanza de que alguien, al tratar de responder, asuma la responsabilidad de iniciar un camino de reconquista de los valores que han de definirla. Para Romero parece claro que existe una relación muy estrecha entre la persona y los valores que definen a la democracia, de hecho, me atrevo a afirmar que es justamente la persona el valor fundamental y sustancial de la democracia. La democracia y la persona son realidades que se sustentan mutuamente. En su base común están esos valores que no pueden ni deben ser traicionados y entre ellos prevalece la dignidad , o mejor, la eminente dignidad que

Educar la interioridad

Imagen
Por Valmore Muñoz Arteaga Escribió Antonio Rosmini en su  Introducción a la Filosofía  que más allá de la ciencia hay un mundo real, que se escapa a menudo a los ojos de los científicos y de los filósofos y, en este mundo, vive en gran parte el hombre, que no vive solo de ciencia. Advertía el sacerdote y filósofo italiano lo que la Modernidad y el Positivismo no pudieron, ni quisieron comprender. En los últimos siglos la racionalidad cartesiana y positivista ha ido relegando progresivamente la espiritualidad y todo tipo de racionalidad ajena a la certeza al ámbito de una subjetividad estéril e incluso, en algunos casos, enfermiza. Y aunque el mundo fue desarrollándose a partir del dato cierto y el cálculo, a pesar de ello, comenzaron a proliferar cursos de crecimiento personal, terapias alternativas, técnicas orientales de meditación y nuevas visiones de religiosidad que fueron denunciando la existencia de un vacío que las fórmulas y los números no podían llenar. El ser humano entendió