Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Fairchild 571

La Sociedad de la Nieve: Pacto de amor y vida

Imagen
 Por J. M. Sadurní Cincuenta y un años después de la tragedia aérea ocurrida en los Andes, cuando el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya chocó contra el pico de una montaña mientras sobrevolaba la cordillera en dirección a Santiago de Chile, el director español Juan Antonio Bayona lleva de nuevo esta increíble historia de supervivencia a la gran pantalla con su última superproducción, La sociedad de la nieve, una adaptación del libro del escritor y periodista uruguayo Pablo Vierci, que llega a Netflix este 4 de enero de 2024. El libro y el film cuentan la dramática historia de los supervivientes de aquella tragedia, un grupo de personas que, contra todo pronóstico, logró superar una situación que a priori resultaba fatídica. Tuvieron que hacer frente a la falta de comida, soportar temperaturas extremas y, en última instancia, escuchar con horror cómo las autoridades los daban por muertos. Pero, aun así, lograron lo que parecía imposible: sobrevivir. Y es que aquel 13 de octubre d...

La historia inconclusa

Imagen
 Por  Adolfo Strauch El 29 de octubre, a eso de las seis de la tarde, ya hacía rato que habíamos entrado al fuselaje. Era una tarde bastante gris, el sol se había ocultado y estábamos en ese dormitar intermitente en la penumbra, cuando escuché un estruendo ensordecedor, seguido de una estampida que derriba la pared de bolsos, maletas, una puerta rota y la mampara, que usábamos para sellar la abertura, y de inmediato vuelve hacia atrás como si fuera una ola cuando llega a la orilla y retrocede, dejándonos completamente aprisionados bajo la nieve. Yo quedo duro, como enyesado. Pensé que era el único que estaba vivo, sepultado bajo la nieve. Por primera vez desde el accidente me entrego, se me afloja todo el cuerpo, me orino encima y me convenzo de que ha llegado el final. Pero cuando comienzo a morirme, me surge una fuerza interior desconocida que me indica que esto no es el fin, acompañada de una sucesión de imágenes entrecortadas de mi familia, donde se destaca el rostro seren...

Pañuelos en la Plaza

Imagen
 Por Daniel Fernández Un día antes de la partida mi madre había hecho mi torta de frutilla preferida. Esa noche le dije: «Guárdamela en el congelador, que la como el lunes, cuando regrese». Y ahí quedó. Guardadita en la heladera, intacta, porque ella no permitió que nadie la tocara. Cuando regresé el 24 de diciembre, mamá la sacó del freezer y como la cosa más natural del mundo me recordó que tenía el postre servido en la mesa, como yo le había pedido. Mientras lo comía, la observaba y pensaba: ¿qué fue lo que ocurrió, mamá? Así como mi madre siempre estuvo convencida de que estaba vivo, yo estaba completamente seguro de que me salvaría. Mi mujer, que en aquel entonces era mi novia, me decía que venir a hablar con papá la dejaba muy deprimida, porque él insistía con que el avión había pegado contra la cordillera y estábamos todos muertos: «Se les cayó la montaña de nieve encima y no los vamos a encontrar más». Pero, de todas maneras, él colaboró con la esperanza de las mujeres, l...

La cuenta regresiva

Imagen
 Por José Luis "Coche" Inciarte Yo había fijado que me moriría en la Nochebuena del 24 de diciembre. Setenta y tres días después de haber caído en la montaña. Quedaba poco tiempo. Y así como había escrito en una libretita todo lo que iba a hacer si sobrevivía, cuando me di cuenta de que la expedición final estaba por fracasar, porque tenían comida para diez días, que vencían el 22, me dije: les doy dos días más de plazo y me muero el 24. Adivinando mi intención, Adolfo Strauch, que en esa época me cuidaba como una madre, porque yo había dejado de luchar y me la pasaba tumbado en el fuselaje, dijo que no iba a permitirlo, ¡pero era tan fácil engañarlo y dejarse morir! El hecho de haberme puesto un plazo me daba, al mismo tiempo, una cierta serenidad. En esos días en el avión no se hablaba, las mentes se evadían y aquella alegría de todas las mañanas de experimentar que continuaba respirando languidecía hora a hora. Uno se miraba en los demás y el otro funcionaba como un espe...