Una lección de los Ejercicios Espirituales

Por Valmore Muñoz Arteaga A las madres Esperanza y Cristina Hace algunos años, no sé cuántos, cayeron en mis manos las Obras Completas de San Ignacio de Loyola. Una edición magnífica de la Biblioteca de Autores Cristianos publicada en 1952. La compré entusiasmado por la experiencia, para ese momento reciente, de conseguir las Obras Completas de San Francisco de Asís, cuya lectura fue una verdadera aventura hacia el interior del hombre. Experiencia que alimentó mi afán por conocer, un poco más de cerca, la mística cristiana. Así que, todo lo que estuviera a mi alcance y me lo permitieran mis limitados recursos económicos, lo compraba. Así llegué a las obras de San Ignacio. Obras que no estaba buscando, ya que no había un orden consciente en mí. Pudieron ser las obras de cualquier otro, pero fueron esas las que se presentaron. Una vez en mis manos, me lancé a conquistar aquellas páginas amarillentas por el paso del tiempo. Sin embargo, no fue tan sencillo, ni tan simple. Sencillam...