Sobre la esperanza cristiana

Por Valmore Muñoz Arteaga Uno de los aportes más hermosos que nos ha dejado el papa emérito, Benedicto XVI, es su trilogía dedicada a Jesucristo. Cargado de profundidad teológica e histórica, pero, a ratos, de una ternura sublime que casi nos permite acariciar el rostro de la salvación. En una de sus páginas, recoge el momento central de la fe cristiana, momento en el cual Jesús es abrazado en aquel huerto por la más terrible tribulación que significa la última soledad del hombre para decidir tomar parte por los vencidos de la historia. Dios lo eleva por encima de la noche y al hacerlo grita su promesa al hombre, de hecho, con su Hijo la promesa se cumple salvándolo definitivamente de la muerte en la resurrección, allí el pulso vivo de nuestra esperanza. Por ello, San Pablo, en su carta a los romanos, asegura que en esperanza fuimos salvados (8,24). Afirmación que impulsa las líneas de Spe Salvi (2007), segunda encíclica del pontificado de Benedicto XVI, y uno de sus documentos m...