¿Es inexplicable el hombre que se rebela? -Sobre Michel Foucault- Por José Pablo Feinmann


Foucault, anticipa muchísimo a los posmodernos en esta idea de la enorme fragmentación de la Historia. Y los anticipa porque les da letra. Es veinte mil veces más pensador Foucault, que todos los posmodernos juntos.

Entonces, Foucault inventa esto, que toma de Nietzsche, de la multiplicidad de hechos de la Historia.

Pero, lo que uno le cuestiona es: para la praxis política, para la acción política, para la posible rebelión contra ese Poder, nosotros no podemos hundirnos en el vértigo multiplicador de la Historia sino que tenemos que poder, por lo menos, unir A con B, y después relacionar B con C y actuar en consecuencia, digamos, realizar ciertas síntesis que nos permitan actuar sobre esa realidad.

Foucault va a llegar muy, muy tarde a conceder la posibilidad de la rebelión contra el Poder. Su fórmula: Donde hay poder, hay resistencia al poder, recién va a comenzar a ser respondida a fines de los años 70, en el Collège de France. Y el concepto más interesante que va a elaborar es el de Contraconducta. Es decir, que a las conductas del Poder hay contraconductas de los sometidos al Poder. No es mucho. Pero le pasó algo a él. Y esto es, tal vez, muy conmovedor. El diario "L'Osservatore Romano" envía a Foucault a Irán, para que haga una serie de notas sobre la Rebelión del pueblo Iraní para sacar al Sha, y traer al Ayatollah Jomeini. En ese momento Foucault no sabía quién era el Ayatollah Jomeini, es decir, no sabía que iba a ser un carnicero. Era lo que pedían las masas. Y el Sha era un aliado del Occidente capitalista burgués que esas masas querían echar. Entonces, llega ahí, Michel Foucault, y ve a las masas iraníes marchar contra los soldados armados del Sha, con las manos vacías. Entonces, escribe una nota excepcional que se llama La rebelión de las manos vacías. Y se pregunta: ¿Qué es lo que hace que un hombre se rebele? El hombre que se rebela, es inexplicable. El hombre que se rebela es inexplicable.

Entonces, uno le diría: "Querido Michel Foucault, el hombre es inexplicable, el hombre que se rebela es inexplicable para usted, porque usted lo hizo inexplicable. Porque usted, al quitarle la subjetividad, al transformar la Historia en un caos, vuelve imposible la asunción de un sujeto de sí mismo, su furia y su unión con otros compañeros, en este caso las masas iraníes, y la rebelión contra el Poder.

En Marx siempre fue posible la rebelión. El sujeto en Marx es la Comuna de París. La Comuna de París que se alza en armas contra el poder del ministro Thiers y contra el poder Prusiano de Bismarck. La Comuna en París es el sujeto en acción. Cómo sino se rebeló la Comuna de París. Y cómo sino, se rebelan las masas iraníes. Quiere decir que algo han podido superar de ese condicionamiento terrible del Poder. Es decir, en algún momento dijeron: No, no. Queremos otra cosa. Y vamos a las calles. Y arriesgamos nuestra vida contra los fusiles del Poder.

Entonces, Foucault se pregunta, algo que Sartre había respondido. Sartre siempre dijo: "El hombre, el hombre va a ser libre siempre, aún en el último socavón, en el último abismo de su enajenación hay un resto de libertad, que siempre le va a permitir rebelarse". Esa es la Filosofía Política de Sartre, esencial. El hombre es siempre, siempre Libertad, aún cuando sea este poquitito de Libertad, de esa Libertad puede surgir la rebelión. Y en Marx, el hombre debe rebelarse.
En Foucault esta rebelión de las masas iraníes le provoca la visión, efectivamente, de unas masas que se están sublevando. Entonces, dice: "El hombre que se rebela es inexplicable".

Bueno. A ver, digamos, puede ser. (Para mí no puede ser) Pensémoslo del lado de Foucault, brevemente. Tomemos, el hombre está condicionado por el lugar en que nace, por el inconsciente, por el lenguaje, por la semiología, por la lingüística, por, digamos, Ferdinand de Saussure, por la Antropología de Lévi Strauss, por Lacan!, por Lacan, por el lenguaje Lacaniano, que nunca termina por encontrar el sujeto. El hombre está condicionado por todo eso y quizás, quizás por todo eso, una rebelión resulte inexplicable. Bueno. Si es así, nosotros vamos a tener que ser inexplicables. Porque si nos volvemos explicables, tan explicables, nos vamos a volver pasivos. Vamos a ser una cosa de estudio de las distintas disciplinas del saber humano, como bien lo ha dicho Foucault. Para no ser eso, necesitamos confiar que siempre, siempre existe la posibilidad de la rebelión, aunque sea inexplicable. Aunque sea inexplicable hay que tornarla explicable con la acción de esa rebelión, que es lo que vio Foucault en las masas iraníes con las manos vacías enfrentando los fusiles del ejercito del Sha. Esto que le pasó a Foucault fue muy positivo para él.

Y murió, murió, pobrecito, murió de sida, a comienzos de los años 80, cuando justamente comenzaba a desarrollar, a desarrollar brillantemente, como siempre, a través de estudios sobre la sexualidad, estos temas de la resistencia al poder.

Honra a Michel Foucault, del modo que sea.

Tomado de: http://www.youtube.com/watch?v=lFXZ95L28oc&NR=1

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