LAS MUJERES DE BALTHUS

La muerte de Balthus, el 18 de febrero de 2001, supuso la perdida de uno de los últimos grandes maestros de la pintura del siglo XX. Siete meses después, numerosos eventos rinden homenaje a este genio. Los hijos de su primer matrimonio, Stanislas y Thadée, han decidido sacar a la luz las cartas amorosas y eróticas que se enviaron sus padres entre 1928 y 1937. Antoinette fue la musa de las primeras obras del artistas y el primer reflejo de la pureza de sus desnudos, trasfondo de una búsqueda espiritual contraria a la sociedad materialista. “Correspondencias Amorosas”, editado por Buchet – Chastel, es testimonio de las incipientes posturas estéticas y de las preocupaciones de una sociedad aristócrata a la que ambos pertenecían ante el desnudo.
A Baltasar Klossowski de Rola se le atribuye una azarosa vida sentimental, pero su segundo gran amor fue la mujer que le acompañó en su retiro hasta su muerte, la japonesa Setsuko. Espíritu de gran sensibilidad presenta desde ayer hasta el próximo 28 de septiembre, una muestra de sus obras en el Palais des Nations de Ginebra, bajo el título ’Setsuko et Harumi. Homenaje a Balthus’. Además se incluyen algunas piezas de su marido: Recuerdo de Marruecos: autorretrato a caballo, de 1999, un paisaje de Rossiniere, así como dieciséis litografías de sus ilustraciones para la novela “Cumbres borrascosas”, de Emily Brönte. Antes de su muerte Balthus ya había brindado su colaboración a este proyecto, organizado desde las Naciones Unidas como ejemplo del diálogo de las civilizaciones, leiv – motiv del año 2001, y definió la pintura de su esposa como “obras maravillosas que merecen ser mostradas”.
Se va abriendo boca de este modo a la gran retrospectiva que el Palacio Grassi de Venecia inaugurará el próximo día 9, dedicada al pintor. 250 obras realizarán un recorrido por toda su trayectoria, una de las más singulares e independientes del pasado siglo.

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