EL FORNICIO. Por Gonzalo Rojas

Te besaré en la punta de las pestañas y en los pezones,
te turbulentamente besaré, mi vergonzosa,
en esos muslos de individua blanca,
tocara esos pies para otro vuelo más aire
que ese aire felino de tu fragancia,
te dijera española mía, francesa mía,
inglesa, ragazza, nórdica boreal,
espuma de la diáspora del Génesis
¿Qué más te dijera por dentro?
¿Griega, mi egipcia, romana por el mármol?
¿Fenicia, cartaginesa, o loca,
Locamente andaluza en el arco de morir
con todos los pétalos abiertos, tensa la cítara de Dios,
en la danza del fornicio?
Te oyera aullar, te fuera mordiendo hasta las últimas amapolas,
mi posesa, te todavía enloqueciera allí,
en el frescor ciego,
te nadara en la inmensidad insaciable de la lascivia,
riera frenético el frenesí con tus dientes,
me arrebatara el opio de tu piel
hasta lo ebúrneo de otra pureza,
oyera cantar las esferas estallantes como pitágoras,
te lamiera, te olfateara como el león a su leona,
para el sol, fálicamente mía, ¡te amara!.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MEMORIAS DE UNA PULGA. Capítulo II

El Fantasma de la Caballero. Por Norberto José Olivar

UNA AVENTURA LITERARIA. Por Roberto Bolaño