Algunos Poemas a Lesbia. Por Catulo
III Llorad, Venus y Cupidos, y cuantos hombres sensibles hay: ha muerto el pajarillo de mi amada, el pajarillo, cosita de mi amada, a quien ella quería más que a sus ojos; era dulce como la miel y la conocía tan bien como una niña a su propia madre. No se movía de su regazo, pero saltando a su alrededor, aquí y allá, a su dueña continuamente piaba.Este, ahora, va, por un camino tenebroso, a ese lugar de donde dicen que nadie ha vuelto. ¡Mal rayo os parta, funestas tinieblas del Orco, que devoráis todo lo bello!: me habéis quitado tan bello pajarillo.¡Oh mala ventura! Pues, ahora, por tu culpa, desdichado pajarillo, hinchados por el llanto, enrojecen los ojillos de mi amada. II Pajarillo, cosita de mi amada, con quien juega, al que resguarda en el seno, al que suele dar la yema del dedo y le incita agudos picotazos: cuando a mi deseo resplandeciente le place tornarse alegre y aliviarse de sus cuitas, para aplacar su ardor, ¡cuánto me gustaría, como hace ella, jugar contigo y desterrar l