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Mostrando entradas de abril 17, 2011

La Libertad Interior. Por Jiddu Krishnamurti

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1ª Conversación 7 de Julio de 1968 Espero que desde el primer día y durante estas reuniones seamos muy serios. Temo que la mayoría de nosotros hayamos venido con un espíritu de vacaciones a contemplar las colinas y las montañas, los verdes valles y los arroyos que fluyen; a estar tranquilos, a encontrarnos con los amigos y a divertirnos un poco, todo lo cual está bien; pero si hemos de sacar algo que valga la pena de estas reuniones, tenemos que ser muy serios desde el principio. Hay enormes problemas a los cuales hemos de enfrentarnos como seres humanos. Como vivimos en un mundo insensato y estúpido tenemos que ser serios. Y me parece que las personas que son realmente serias, en su corazón, en su intimo ser no de un modo neurótico, ni con arreglo a ningún principio o compromiso determinado -, tienen ese carácter, esa condición de seriedad que es necesaria. Cuando uno observa lo que está pasando en este mundo: la situación de la juventud, la ansiedad por la guerra, la pobreza extrema,

EL GIGANTE AHOGADO de J. G. Ballard

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EN LA MAÑANA DESPUÉS de la tormenta las aguas arrojaron a la playa, a ocho kilómetros al noroeste de la ciudad, el cuerpo de un gigante ahogado. La primera noticia la trajo un campesino de las cercanías y fue confirmada luego por los hombres del periódico local y de la policía. Sin embargo, la mayoría de la gente, incluyéndome a mí, no lo creímos, pero la llegada de otros muchos testigos oculares que confirmaban el enorme tamaño del gigante excitó al fin nuestra curiosidad. Cuando salimos para la costa poco después de las dos, no quedaba casi nadie en la biblioteca donde yo y mis colegas estábamos investigando, y la gente siguió dejando las oficinas y las tiendas durante todo el día, a medida que la noticia corría por la ciudad. En el momento en que alcanzamos las dunas sobre la playa, ya se había reunido una multitud considerable, y vimos el cuerpo tendido en el agua baja, a doscientos metros. Lo que habíamos oído del tamaño del gigante nos pareció entonces muy exagerado. Había marea

Doble Shandy. Por Enrique Vila-Matas

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Doble shandy. (Prefacio a Artistas sin obras ) “No puede ser que se llame Diómedes!!! Pero parece haber entendido lo esencial: la idea de la muerte del autor (Barthes, Foucault) y la otra, la de toda la vida, la de las almas gemelas a causa de tanta amistad” Jordi Llovet En el invierno de 1970, el rotundo desembarco de Jacques Vaché (1896-1919) en Barcelona no pudo ser más oportuno. La ciudad se hallaba sumida en una de las etapas más siniestras del franquismo y se hacía necesario que algo rompiera la abrumadora inercia, la monotonía gris de las calles de los represores. Y la publicación, en la recién fundada editorial Anagrama, de un cuaderno azul con las Cartas de guerra de Vaché, fue una providencial y decisiva nota de alegría, aire completamente fresco y diferente, al menos para mí. El cuaderno, que contenía las cartas junto a cuatro ensayos de André Breton, cayó sobre mi vida con la misma contundencia, por ejemplo, que lo hiciera so