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Mostrando entradas de diciembre 7, 2008

FRANZ VON BAYROS

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MEMORIAS DE UNA PULGA. Capítulo II

CURIOSA POR SABER EL DESARROLLO DE UNA aventura en la que ya estaba verdaderamente interesada, al propio tiempo que por la suerte de la gentil y amable Bella, me sentí obligada a permanecer junto a ella, y por lo tanto tuve buen cuidado de no molestarla con mis atenciones, no fuera a despertar su resistencia y a desencadenar un ataque a destiempo, en un momento en el que para el buen éxito de mis propósitos necesitaba estar en el propio campo de operaciones de la joven. No trataré de describiros el mal rato que pasó mi joven protegida en el intervalo transcurrido desde el momento en que se produjo el enojoso descubrimiento del padre confesor y la hora señalada por éste para visitarle en la sacristía, con el fin de decidir sobre el sino de la infortunada Bella. Con paso incierto y la mirada fija en el suelo, la asustada muchacha se presentó ante la puerta de aquélla y llamó. La puerta se abrió y apareció el padre en el umbral. A un signo del sacerdote Bella entró, permaneciendo de pie f

TRÓPICO DE CÁNCER (Fragmento) Por Henry Miller

Para ti, Tania, canto. Quisiera cantar mejor, más melodiosamente, pero entonces quizá no hubieses accedido nunca a escucharme. Has oído cantar a los otros y te han dejado fría. Su canción era demasiado bella o no lo bastante bella. Es el veintitantos de octubre. Ya no llevo la cuenta de los días. ¿Dirías: mi sueño del 14 de noviembre pasado? Hay intervalos, pero intercalados entre sueños, y no queda conciencia de ellos. El mundo que me rodea está desintegrándose, y deja aquí y allá lunares de tiempo. El mundo es un cáncer que se devora a sí mismo... Pienso en que, cuando el gran silencio descienda sobre todo y por doquier, la música triunfará por fin. Cuando todo vuelva a retirarse a la matriz del tiempo, remará el caos de nuevo, y el caos es la partitura en la que está escrita la realidad. Tú, Tania, eres mi caos. Por eso canto. Ni siquiera soy yo, es el mundo agonizante que se quita la piel del tiempo. Todavía estoy vivo, dando patadas dentro de tu matriz, que es una realidad sobre l
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POEMA TERCERO DE CONSUMACIÓN. Por Eunice Odio

Tus brazos como blancos animales nocturnos afluyen donde mi alma suavemente golpea. A mi lado, como un piano de plata profunda parpadea tu voz, sencilla como el mar cuando está solo y organiza naufragios de peces y de vino para la próxima estación del agua. Luego, mi amor bajo tu voz resbala, Mi sexo como el mundo diluvia y tiene pájaros, Y me estallan al pecho palomas y desnudos. Y ya dentro de ti yo no puedo encontrarme, cayendo en el camino de mi cuerpo, Con sumergida y tierna vocación de espesura, Con derrumbado aliento y forma última. Tú me conduces a mi cuerpo, y llego, extiendo el vientre y su humedad vastísima, donde crecen benignos pesebres y azucenas y un animal pequeño, doliente y transitivo.

EL FORNICIO. Por Gonzalo Rojas

Te besaré en la punta de las pestañas y en los pezones, te turbulentamente besaré, mi vergonzosa, en esos muslos de individua blanca, tocara esos pies para otro vuelo más aire que ese aire felino de tu fragancia, te dijera española mía, francesa mía, inglesa, ragazza, nórdica boreal, espuma de la diáspora del Génesis ¿Qué más te dijera por dentro? ¿Griega, mi egipcia, romana por el mármol? ¿Fenicia, cartaginesa, o loca, Locamente andaluza en el arco de morir con todos los pétalos abiertos, tensa la cítara de Dios, en la danza del fornicio? Te oyera aullar, te fuera mordiendo hasta las últimas amapolas, mi posesa, te todavía enloqueciera allí, en el frescor ciego, te nadara en la inmensidad insaciable de la lascivia, riera frenético el frenesí con tus dientes, me arrebatara el opio de tu piel hasta lo ebúrneo de otra pureza, oyera cantar las esferas estallantes como pitágoras, te lamiera, te olfateara como el león a su leona, para el sol, fálicamente mía, ¡te amara!.

AMANTES. Por Alejandra Pizarnik

una flor no lejos de la noche mi cuerpo mudo se abrea la delicada urgencia del rocío

DESNUDA. Por Roque Dalton

Amo tu desnudez porque desnuda me bebes con los poros, como hace el agua cuando entre sus paredes me sumerjo. Tu desnudez derriba con su calor los límites, me abre todas las puertas para que te adivine, me toma de la mano como un niño perdido que en ti dejara quietas su edad y sus preguntas. Tu piel dulce y salobre que respiro y que sorbo pasa a ser mi universo, el credo que me nutre; la aromática lámpara que alzo estando ciego cuando junto a las sombras los deseos me ladran. Cuando te me desnudas con los ojos cerrados cabes en una copa vecina de mi lengua, cabes entre mis manos como el pan necesario, cabes bajo mi cuerpo más cabal que su sombra. El día en que te mueras te enterraré desnuda para que limpio sea tu reparto en la tierra, para poder besarte la piel en los caminos, trenzarte en cada río los cabellos dispersos. El día en que te mueras te enterraré desnuda, como cuando naciste de nuevo entre mis piernas.

WELLCOME TO EROS - SANGUINA

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SIN EROTISMO NO HAY GRAN OBRA. Por Mario Vargas Llosa

El autor de Elogio de la madrastra comenta algunas lecturas fundamentales de la literatura erótica al tiempo que repasa su biografía como aficionado al género desde los días de estudiante en la Lima de su juventud y reflexiona sobre las conexiones entre placer sexual y placer estético. Digámoslo desde el principio: no hay gran literatura erótica, lo que hay es erotismo en grandes obras literarias. Una literatura especializada en erotismo y que no integre lo erótico dentro de un contexto vital es una literatura muy pobre. Un texto literario es más rico en la medida en que integra más niveles de experiencia. Si dentro de ese contexto el erotismo juega un papel primordial, se puede hablar verdaderamente de literatura erótica. La Celestina, por ejemplo, es una obra maestra, probablemente la más importante de la literatura española después del Quijote. Decir que La Celestina es una obra erótica sería empobrecerla, porque aunque es eso, también es muchas otras cosas: una obra de una gran riq
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LO PROHIBIDO Y LA TRANSGRESIÓN. Por George Bataille

El erotismo, aspecto «inmediato» de la experiencia interior, tal como se opone a la sexualidad animal El erotismo es uno de los aspectos de la vida interior del hombre. En este punto solemos engañarnos, porque continuamente el hombre busca fuera un objeto del deseo. Ahora bien, ese objeto responde a la interioridad del deseo. La elección de un objeto depende siempre de los gustos personales del sujeto; incluso si se dirige a la mujer que casi todos elegirían, lo que suele entrar en juego es un aspecto intangible, no una cualidad objetiva de esa mujer. Esa mujer podría no tener, si no nos afectase en nuestro ser interior, nada que forzase la preferencia. En una palabra, hasta cuando se conforma con la mayoritaria, la elección humana difiere de la elección del animal: apela a esa movilidad interior, infinitamente compleja, que es propia del hombre. El animal tiene en sí mismo una vida subjetiva, pero, al parecer, esa vida le es dada tal como lo son los objetos inertes: de una vez por to

EL EROTISMO - INTRODUCCIÓN. Por George Bataille

Podemos decir del erotismo que es la aprobación de la vida hasta en la muerte. Propiamente hablando, ésta no es una definición, pero creo que esta fórmula da mejor que ninguna otra el sentido del erotismo. Si se tratase de dar una definición precisa, ciertamente habríamos de partir de la actividad sexual reproductiva, una de cuyas formas particulares es el erotismo. La actividad sexual reproductiva la tienen en común los animales sexuados y los hombres, pero al parecer sólo los hombres han hecho de su actividad sexual una actividad erótica, donde la diferencia que separa al erotismo de la actividad sexual simple es una búsqueda psicológica independiente del fin natural dado en la reproducción y del cuidado que dar a los hijos. Así, a partir de esta definición elemental, vuelvo inmediatamente a la fórmula que propuse para empezar, según la cual el erotismo es la aprobación de la vida hasta en la muerte. En efecto, aunque la actividad erótica sea antes que nada una exuberancia de la vida